domingo, 20 de enero de 2013

Corazón bajo cero.


Nos prometimos el cielo y míranos, solo nos queda el suelo lleno de barro y mierda en el que pisar, en el que poner los pies. No quiero esta realidad. No sin ti. No quiero que la música hable de echarte de menos. ¡Que le jodan! Ya me están empezando a caer mal sus acordes. No quiero ni un puto do sostenido, ni un si bemol más sin ti. Dime tú, ¿qué me queda sin ti? ¿humo que aspirar? ¿libretas donde escribir? ¿un cielo que prometerte? Eso ya se me quedaba corto, cariño. Yo no sueño para nada, yo sueño para vivirlo. Lo uso como un pequeño ensayo. Un ensayo para enfrentarme a esta realidad sin ti. Le prometí a ese piano que no volvería a tocar sus teclas blancas si no ibas a escuchar la melodía. Así que no te vayas. Que aunque no sé qué puedo ofrecerte a parte de una sonrisa cuando te veo, eres lo que me falta. Bueno, lo que me falta no, lo que necesito. Te necesito, igual que necesito de esas canciones, que si no, para qué respirar. Para qué sonreír. Perdón, para quién sonreír. Para quién escribir versos rotos. Para quién este dolor en el pecho. Para quién mis últimos pensamientos en la cama... Pero no te preocupes, si no vuelves no vuelvo. No vuelvo ni a pasar por ese banco donde nos sentábamos. No vuelvo a esos tres metros arriba del cielo que eran nuestros. No vuelvo a sonreír ni para que me saquen una foto. No vuelvo, simplemente, a ser yo. No vuelve mi corazón a su temperatura en la que era capaz de razonar. Que el cabrón ya sabe hacer eso de latir sin ti. Es fuerte, y yo pensaba que no. Y, aunque esté roto y dudo que alguien sepa cómo arreglarlo, ahí sigue. Con su pum pum que ya no se acelera con tu voz. Que ya no se acelera porque no te veo. Pero ahí está, ahí estoy. Alguien que no sonríe, que tiene el corazón bajo cero, helado, pero que sigue latiendo. Que eso del carpe diem se lo dejo a los valientes, y a los que no te han visto sonreír. Que no te olvides ni un segundo de que el calor me lo dabas tú y que hace frío sin ti, pero se vive. No te olvides de que aunque sea alguien que te echa de menos no soy alguien que te piensa esperar toda la vida, por si vuelves. La música me hace volar mucho más alto y mantiene mis latidos a raya. Así que no te preocupes, que la música ni me falla, ni me ha fallado ni me va a fallar. Y tú sí, aunque me muera de ganas de decirte que te voy a echar de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario